jueves, 18 de junio de 2020

Retorna el sol

El silencio es, tal vez, ese territorio indescifrable que sólo algunos locos han llegado a habitar.
Probablemente hablar del silencio es una trampa que embriaga en otra modalidad de escape del pensamiento, o tal vez una nueva excusa para seguir luchando contra el tiempo, transformando en agonía los días y las noches.
¿Qué es el silencio si no ausencia de sonido? 
Es, quizás, el espacio entre notas o trazos, entre unos y entre ceros, entre golpes de huesos, secos. 
Es intervalo en una ola que de repente ruge y se deshace en la orilla y, engullida por el vacío de su desaparición, se transforma en otra ola, y en otra, y en otra...
Y mientras tanto nadar, flotar, sumergirse, a un tiempo, contemplar el mar desde un acantilado, o desde la orilla misma donde todo acaba y vuelve a empezar... 
palabras, silencios, palabra, 

viernes, 5 de junio de 2020

Únicamente aquí

El biocentrismo demuestra que la sensación que tenemos de lo interno y lo externo es un esquema mental de clasificación, y que en realidad todas las sensaciones están aquí y solo aquí. Nada es verdaderamente externo, es decir, nada existe fuera de la mente. Quizás pensemos que la conciencia tiene su sede en el cerebro, y es relativamente verdad, pero no es una verdad absoluta, ya que el propio cerebro es una construcción de nuestra mente, tanto como lo son los árboles o los manteles, supuestamente externos. 
(...)
La sensación de solidez es ilusoria; lo único que sentimos son campos eléctricos repulsivos. Campos. Energías. Nada sólido, nunca. Y todo ocurre dentro del detector (la mente), que nos transmite una sensación de espacio (localidad) y de tiempo, que por lo demás no tienen realidad inherente. En definitiva, el universo se puede concebir como un difuso estado probabilístico de información potencial, que por efecto de la mente <<se colapsa>> y da lugar a información y sensaciones de hecho cuando el sistema mental la procesa. Es un proceso unitario que nos confiere el sentido de <<yo>>, el sentido de ser.


Robert Lanza

Inmersos en el Viaje

No considero el Alma como un asunto personal o individual. No es algo de nuestra propiedad ni un atributo de identidad. Más bien se trata de un campo de resonancias en el que todo está conectado con todo y todos estamos conectados con todos. Lo que importa es la red y sus sinapsis, no estrictamente los miembros.

Joan Garriga