martes, 28 de abril de 2015

Un mapa para el Viaje



El estado elevado que buscan las personas, por el método que sea, es de hecho el campo experimental de su propia conciencia (Ser). Si carecen de la sofisticación espiritual y del contexto por medio del cual comprender la experiencia, entonces creen que es creada por algo que está “allá afuera” (tal como un gurú, la música, las drogas, los amantes y así sucesivamente). Todo lo que realmente ha sucedido es que, bajo circunstancias especiales, han experimentado su propia realidad interior. La mayoría de las personas están tan separadas de sus propios estados de conciencia que no los reconocen cuando los experimentan, porque se identifican con sus propios estados del ego.  
...
A más elevación de estos estados, mayor es el poder para reprogramar toda la vida del sujeto.  No es infrecuente que tan solo un instante en un estado muy alto puede cambiar la dirección de la vida de una persona, así como sus metas y valores. Se puede decir que la persona que eras antes ya no existe y que ha nacido una nueva persona de esa experiencia.

David R. Hawkins





jueves, 16 de abril de 2015

Metamorfosis


Has tenido miedo
de ser absorbido por la tierra,
o arrastrado por el aire.
Ahora, tu gota de agua se desprende
y cae en el océano,
de donde vino.
Ya no tiene la forma que tenía,
pero todavía es agua.
La esencia es la misma.
Este rendirse no es un arrepentimiento.
Es honrarte profundamente a ti mismo.
RUMI

viernes, 10 de abril de 2015

Dejar que la Vida nos toque

Es habitual que prolonguemos y agrandemos nuestros sentimientos para sentir que estamos vivos, que nos pasan cosas y que nuestra vida es digna de contarse. Por supuesto que la vida es siempre una interpelación y que todos somos tocados por ella; pero ¿cuántas de nuestras reacciones son auténticas reacciones a la interpelación de la vida y cuántas, en cambio, simples decisiones mentales que han tomado la interpelación como excusa, pero que la han dejado, definitivamente, muy atrás?

Pablo d'Ors

El VIAJE

Finalmente un día supiste
Lo que debías hacer y empezaste,
A pesar de que las voces a tu alrededor
No cesaran de gritar
Su mal consejo,
A pesar de que la casa entera
Empezara a temblar
Y te fallaran las fuerzas.
¡Salva mi vida!
- gritaban las voces.
Pero tú no te detuviste.
Sabías lo que debías hacer,
A pesar de que el viento hurgara
Con sus tenaces dedos,
A pesar de que su melancolía
Fuera terrible.
Ya era tarde,
Oscura noche,
Y el camino estaba lleno de
Piedras y ramas caídas.
Pero poco a poco,
Mientras dejabas sus voces atrás,
Las estrellas empezaron a brillar
Entre los parches de nubes
Y oíste una nueva voz,
Que lentamente
Reconociste como la tuya,
Que te hacía compañía
Mientras te adentrabas cada vez más
En el mundo,
Con la determinación de hacer
Lo único que podías hacer.
Con la determinación de salvar
La única vida que podías salvar.

Mary Oliver

Sólo hay un camino: el propio camino

Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. ¿Tiene corazón este camino?
Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir la vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.



Carlos Castañeda

Hacer no haciendo


...el crecimiento sigue allí: el grano que está en la tierra no pide sino brotar. ¿Hay que quedarse pasivamente al borde del campo y mirar cómo crece: espero que crezca...? No, por supuesto: sólo hay que hacer, dice Mencio, lo que cualquier campesino sabe, algo discreto y nada heroico: día tras día, arar, escardar, layar junto a los brotes, favorecer su crecimiento, es decir, favorecer la transformación silenciosa que conduce poco a poco, ante nuestros ojos, sin que la percibamos, a que un día el trigo esté maduro y no tengamos más que segarlo. Ayudar a lo que se produce por sí solo, dice también como un eco Laozi, disolviendo nuestro enfrentamiento griego entre lo natural y lo técnico (phusis/tech-né).

Francois Jullien