lunes, 24 de diciembre de 2012

Nutrir la propia vida (O20)

Hay un momento en la formación de todo hombre en que llega a la convicción de que la envidia es ignorancia, y la imitación un suicidio. Que tiene que tomarse a sí mismo, bueno o malo, como parte propia. Que aunque el ancho del mundo esté lleno de oro, no le llegará ni un gramo de trigo por otro conducto que no sea el del trabajo que dedique al trozo de terreno que le ha tocado en suerte cultivar. El poder que reside en él es nuevo en la naturaleza, y nadie más que él sabe lo que puede hacer, y no lo sabe hasta que lo ha probado.


R. W. Emerson

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