miércoles, 11 de diciembre de 2013

Atrévete a soltar lo que no te pertenece

El renunciante no manifiesta debilidad sino audacia. 
La renuncia lleva asimismo aparejado un delicioso sabor de sencillez, de paz profunda. Cuando la hemos probado, resulta cada vez más fácil. Sin embargo, no se trata de forzarse a renunciar; semejante actitud sería utópica y no tendría futuro. Para desprenderse de algo, hay que tener muy presentes las ventajas que se derivan de ello y sentir una profunda aspiración a liberarse de aquello a lo que uno se dispone a renunciar. La renuncia se siente entonces como un acto liberador, no como una imposición desgarradora. 

Matthieu Ricard

No hay comentarios:

Publicar un comentario