La aceptación nunca es pasividad. Precisamente
cuando aceptas es cuando estás en mejor disposición para actuar de manera libre. En cambio, cuando algo te molesta o te duele, estás totalmente colapsado por ese dolor. Tu intervención estará marcada por el malestar, y eso hará que sea imprecisa, inadecuada y molesta.
A.J.Larrui
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