sábado, 23 de abril de 2016

Ver o no ver. Ser o no ser

Es importante comprender que si pensamos que necesitamos mirarnos a nosotros mismos y a nuestras experiencias mediante juicios comparativos, nuestra motivación no es la de comprender, y nuestra actividad no será la del Ser. Se tratará de la actividad del ego. La actividad real no es una cuestión de comparar o juzgar; es una cuestión de experimentar las cosas tal como son y responder desde la inteligencia dinámica del Ser. La motivación de fondo es la de sentir curiosidad por saber acerca de lo que estamos observando, porque nos gusta experimentar la realidad. Se trata de una actitud muy distinta a la de observar las cosas mediante la creencia soterrada de que necesitan mejorarse.

Para alguien que funciona objetivamente, todo lo que se presenta está bien. Ni siquiera dice: "Oh, esto es lo que debería estar pasando." Lo que se presenta es como es, y posee un sabor de perfección. No existe una actividad con la intención de pretender que surja un estado sublime. Si lo que se presenta se experimenta como sublime, o no, es simplemente una cuestión de detalle; su perfección es algo mucho más profundo que esto. Si no funcionamos desde la perspectiva de la objetividad, estamos obligados a funcionar desde la perspectiva del ego, y nuestra experiencia invariablemente incluirá resentimiento, juicio y comparación. No hay alternativa. 
Cuanto mejor comprendemos la Santa Perfección, en mayor medida decrecerán estas actividades del ego; pero es importante comprender que seguirán presentes hasta que se realice plenamente la perspectiva de la Santa Perfección.


El Ser funciona sin la guía de la mente


A.H. Almaas

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