miércoles, 11 de diciembre de 2019

Regresar a los huesos


(...) Aunque esta idea de uno mismo y de la realidad es errónea, lo que ocurre en la mayor parte de los casos es que se busca continuamente adecuarse a ese acto forzado, hasta atrofiar la parte de uno mismo que se considera negativa.

<<Eres mucho mejor de lo que te gustaría ser>>, hemos leído en una camiseta. Pero normalmente, la necesidad de integrarse a la propia familia y a la propia cultura es la que prevalece sobre la idea de ser quien uno es verdaderamente. En este proceso, el individuo empieza a deformar y manipular la propia alma y el propio cuerpo para volverlos lo más adecuados posible a las expectativas. En general el proceso continúa hasta que llega a un punto crítico en el que quien uno piensa que es está tan distante de quien uno es verdaderamente, que se vuelve necesario un giro más o menos decidido. En algunos casos el giro tiene lugar de modo dramático- por ejemplo, con una grave enfermedad o una separación -, otras veces la tendencia cambia simplemente sin dramas: desde ese momento el Yo invierte el rumbo, deja de esforzarse en deformar el cuerpo y el alma según los ideales adoptados y empieza a apreciar y admirar el extraordinario diseño y la riqueza intrínseca del modo de ser propio. Por lo tanto, se dedica a la recuperación de muchos aspectos de sí mismo que antes eran rechazados, negados, alienados, proyectados sobre otras personas. 

Jader Tolja y Francesca Speciani


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